El Gobierno Departamental cierra el 2025 con una ejecución de 1.8 billones de pesos, asegurando la viabilidad de los macroproyectos de infraestructura y seguridad que transformarán la región entre 2026 y 2027.
A solo quince días de cerrar el calendario de 2025, el Tolima celebra un hito administrativo sin precedentes en su historia reciente. El Gobierno Departamental confirmó que ha alcanzado el cincuenta por ciento de cumplimiento de las metas trazadas en su ambicioso Plan de Desarrollo. Este avance se logra en tan solo dos años de gestión, demostrando una eficiencia técnica que rompe con los ritmos tradicionales de la política regional. La Secretaría de Planeación ha sido el motor detrás de este seguimiento riguroso que hoy arroja resultados altamente positivos para la comunidad. Para la administración, llegar a la mitad del camino con tal antelación es un signo claro de compromiso y transparencia institucional. Cada eje estratégico ha sido evaluado bajo criterios estrictos de impacto social y sostenibilidad económica en los cuarenta y siete municipios. Este balance parcial permite proyectar un cierre de gobierno con el cumplimiento total de las promesas realizadas durante la campaña electoral. La celeridad en la ejecución no ha sacrificado la calidad de los procesos contractuales ni la pertinencia de las inversiones sociales. El departamento se posiciona así como un referente nacional en materia de gestión de planes territoriales de desarrollo y planeación. Con este resultado, el Tolima entra a la segunda mitad de su periodo con una base sólida y una proyección de crecimiento muy alta.
En términos financieros, las cifras respaldan la percepción de un departamento que avanza con paso firme hacia la modernización de sus estructuras. De acuerdo con el último reporte de la Secretaría de Planeación, se han ejecutado mil ochocientos millones de pesos en diversos programas. Esta monumental inversión se complementa con una ejecución presupuestal que ya roza el ochenta por ciento en la vigencia del presente año. Tales indicadores reflejan una capacidad de gasto eficiente, asegurando que los recursos públicos lleguen de manera oportuna a los sectores más necesitados. La salud financiera del Tolima se mantiene estable gracias a una gestión que prioriza el recaudo y la asignación técnica de los rubros. El gobierno ha enfocado sus esfuerzos en evitar los cuellos de botella administrativos que suelen frenar el progreso en los entes territoriales. La inversión se ha distribuido con equidad, buscando que cada subregión del departamento sienta el impacto positivo de la gestión presupuestal vigente. Los indicadores de gestión demuestran que el Tolima es hoy un territorio atractivo para la inversión y el desarrollo de grandes proyectos nacionales. Este flujo constante de recursos ha permitido dinamizar la economía local, generando empleos y oportunidades en municipios que históricamente estaban rezagados. La meta para el cierre de este mes es consolidar los procesos de liquidación para iniciar el próximo año con una caja fiscal saneada.
La estrategia de inversión se ha concentrado en tres pilares fundamentales que son la infraestructura, la seguridad y el desarrollo de programas sociales. Estos sectores estratégicos han recibido el grueso de los recursos para garantizar resultados visibles y medibles en el corto y mediano plazo. En infraestructura, el cambio es evidente con la intervención de vías rurales que ahora facilitan el transporte de productos agrícolas hacia los centros. Por otro lado, la seguridad se ha fortalecido con un enfoque preventivo y operativo que busca devolver la tranquilidad a todos los hogares tolimenses. El desarrollo social no se queda atrás, implementando programas que atienden a la primera infancia, a los jóvenes y a la población adulta mayor. La visión integral del gobierno permite que las obras de cemento se complementen con la inversión en el capital humano de la región. Cada proyecto ejecutado responde a una necesidad sentida de la población que fue plasmada durante las mesas de construcción del plan departamental. La articulación entre estas tres áreas ha permitido que el Tolima avance hacia un modelo de desarrollo equilibrado y profundamente incluyente para todos. El compromiso institucional es seguir fortaleciendo estos frentes para que el bienestar sea una realidad palpable en cada rincón del vasto territorio. Los resultados presentados al cierre de este año son la base sobre la cual se construirán los grandes hitos de la próxima vigencia regional.
Dentro del balance global, el rubro de infraestructura destaca con una asignación histórica de uno punto dos billones de pesos para obras de alto impacto. Este presupuesto no se limita exclusivamente a la pavimentación de carreteras, sino que abarca la construcción de modernos hospitales y colegios de calidad. La visión del gobierno es dotar al departamento de una infraestructura social que soporte el crecimiento poblacional y mejore la calidad de vida. Los hospitales regionales están siendo intervenidos para ofrecer servicios de alta complejidad, evitando que los pacientes deban ser trasladados a otras capitales. En educación, se han priorizado infraestructuras modernas que cuentan con laboratorios y espacios adecuados para el aprendizaje de las nuevas tecnologías hoy. Asimismo, se han impulsado proyectos productivos que dotan de maquinaria y herramientas a las asociaciones de campesinos en las zonas rurales del Tolima. Esta inversión multisectorial asegura que el departamento sea más competitivo en el mercado nacional y pueda atraer nuevas industrias al sector productivo. La infraestructura es vista como el andamiaje necesario para que todos los demás sectores del desarrollo funcionen de manera articulada y eficiente. Cada obra entregada cuenta con un componente de sostenibilidad para garantizar que su beneficio perdure por muchas décadas en el futuro cercano. El seguimiento a estos proyectos es constante, asegurando que los cronogramas se cumplan sin sobrecostos que afecten las finanzas del departamento.
Un componente innovador en la gestión de este año ha sido la modernización tecnológica destinada a fortalecer el trabajo de la Fuerza Pública nacional. El gobierno ha entendido que la seguridad moderna requiere de herramientas digitales, cámaras de vigilancia de alta definición y sistemas de comunicación avanzados. Se han destinado recursos importantes para dotar a la policía y al ejército de equipos que permitan una reacción más rápida y efectiva. Esta apuesta por la tecnología busca reducir los índices de criminalidad mediante el uso de inteligencia de datos y monitoreo en tiempo real. La Fuerza Pública cuenta ahora con mejores capacidades para patrullar tanto las zonas urbanas como los corredores rurales más apartados del Tolima. Esta modernización también incluye el fortalecimiento de los centros de comando y control en las principales ciudades del departamento para una vigilancia permanente. El objetivo es que la tecnología se convierta en una aliada de la convivencia ciudadana y un factor disuasorio para quienes pretendan alterar el orden. La percepción de seguridad ha mejorado significativamente gracias a la presencia más efectiva de las autoridades respaldadas por estas nuevas herramientas técnicas. Para el próximo año, se espera ampliar la cobertura de estas redes tecnológicas a un mayor número de municipios que requieren apoyo especial. La inversión en seguridad es entendida como la base necesaria para que el turismo y el comercio sigan floreciendo en todo el territorio pijao.
Con el cincuenta por ciento del plan ya cumplido, el panorama para el año 2026 se presenta como el más ambicioso en materia de obras. El Gobierno Departamental confirmó que ya tiene listos y viabilizados los proyectos estratégicos que comenzarán su ejecución en el primer trimestre del año. Entre las obras más esperadas se encuentra el corredor norte del departamento, una vía que conectará puntos neurálgicos para el comercio y el transporte. Este proyecto es fundamental para mejorar la competitividad del Tolima frente a las rutas nacionales que atraviesan el centro del país actualmente. Además, se han dejado listos los diseños para nuevas vías urbanas en municipios clave que sufren problemas de movilidad y deterioro de sus calles. Los puentes vehiculares y peatonales también hacen parte de la lista de infraestructuras que recibirán luz verde para su construcción definitiva en 2026. La viabilización técnica previa asegura que no habrá retrasos por falta de estudios o licencias ambientales en el inicio de los trabajos civiles. La meta del gobierno es que el mayor impacto de estas obras se refleje entre los años 2026 y 2027, transformando la cara del departamento. Este enfoque preventivo en la planeación demuestra una madurez administrativa que busca dejar huella con proyectos de gran envergadura y durabilidad. El presupuesto para estas iniciativas ya está debidamente reservado, garantizando que el ritmo de trabajo no se detenga durante el cambio de vigencia.
La infraestructura educativa también tendrá un papel protagónico en el remate de la gestión departamental durante los próximos veinticuatro meses de mandato. Se contempla la construcción de nuevos megacolegios y la remodelación integral de instituciones rurales que requieren atención urgente en sus aulas y baños. El gobierno busca que los niños y jóvenes del Tolima tengan espacios dignos que fomenten la permanencia en el sistema escolar y reduzcan la deserción. La inversión en colegios se complementa con el fortalecimiento de la red de conectividad a internet para las zonas más apartadas del territorio regional. Estas obras no solo mejoran el entorno escolar, sino que se convierten en centros de desarrollo para las comunidades donde están ubicadas actualmente. La meta es cerrar la brecha entre la educación urbana y rural, brindando las mismas oportunidades de formación técnica y profesional a todos. Los proyectos educativos viabilizados para 2026 cuentan con un componente de dotación tecnológica que incluye salas de informática y laboratorios de ciencias dotados. El impacto de estas obras se sentirá en el largo plazo, formando a las generaciones que liderarán el departamento en las próximas décadas del siglo. El Gobierno del Tolima entiende que la educación es la obra de infraestructura más importante para garantizar un futuro de paz y prosperidad social. Cada ladrillo puesto en un colegio es una apuesta por el talento y la inteligencia de los jóvenes que habitan esta tierra de grandes sueños.
Finalmente, el horizonte hacia el cierre del periodo constitucional en 2027 es de optimismo y cumplimiento total de las promesas de campaña realizadas. La administración departamental espera que el 2026 sea el año de la gran cosecha de obras, donde se entreguen la mayoría de los macroproyectos iniciados. El objetivo final es alcanzar el cien por ciento de cumplimiento del Plan de Desarrollo antes de finalizar el último año de gestión gubernamental. El compromiso de la Secretaría de Planeación y de todo el equipo de gobierno es mantener el ritmo de ejecución sin descuidar la calidad técnica. Este balance de mitad de periodo sirve como una invitación a la ciudadanía para que siga haciendo veeduría y acompañe el proceso de progreso. El Tolima se proyecta como un departamento líder en la región central, con una infraestructura renovada y un tejido social mucho más fortalecido. Los desafíos que vienen son grandes, pero la base sólida construida durante estos dos primeros años permite afrontarlos con total seguridad y confianza. La historia recordará este periodo como el tiempo en que el Tolima dejó de soñar con grandes obras para empezar a verlas convertidas en realidad. El camino hacia el 2027 está trazado con transparencia, eficiencia y un profundo amor por el desarrollo integral de cada familia tolimense. El cierre de este 2025 es solo el preámbulo de lo que será una transformación histórica para el departamento en los años venideros.































