Lo que comenzó a perfilarse como un nuevo movimiento político regional —al punto de hablarse del nacimiento del “Hurtadismo”— se está disipando como humo.
Andrés Hurtado, tras finalizar su período en la Alcaldía de Ibagué, inició un recorrido acelerado por el Tolima, intentando consolidar una fuerza política bajo su nombre, sin medir los riesgos y sin respetar colores ni partidos.
El lenguaje como obstáculo: Andrés Hurtado y el desgaste de una carrera política
Andrés Fabián Hurtado, exalcalde de Ibagué, venía construyendo una aspiración clara hacia la Gobernación del Tolima. Con un capital político sólido tras su paso por la administración municipal y un conocimiento estratégico del panorama regional, Hurtado parecía perfilarse como una figura competitiva en la contienda departamental.
Sin embargo, en los últimos meses, su discurso ha dado un giro que ha generado controversia. Sus intervenciones públicas, caracterizadas por un tono confrontativo y el uso de expresiones fuertes —algunas catalogadas como grotescas o fuera de lugar— han comenzado a restarle respaldo dentro y fuera de su propio círculo político.
Varios sectores han manifestado su preocupación por lo que consideran un deterioro del estilo de liderazgo que Hurtado había logrado consolidar. Lo que inicialmente se percibía como una retórica “directa y sin filtros” hoy se interpreta como una falta de mesura y respeto, especialmente en escenarios donde se espera un lenguaje institucional y propositivo.
Aunque Andrés Hurtado no ha formalizado aún su candidatura a la Gobernación, es evidente que su presencia en eventos públicos, encuentros comunitarios y redes sociales responde a una estrategia de posicionamiento político. Sin embargo, el impacto negativo de sus palabras ha comenzado a eclipsar su gestión pasada, haciendo que algunos se pregunten si está poniendo en riesgo su viabilidad electoral antes incluso de oficializar su aspiración.
En sus más recientes declaraciones, Hurtado arremetió contra la gobernadora Adriana Magali Matiz. Dijo: “Han ordeñado al Tolima a punta de mentiras”, esto durante una visita que Matiz hizo al municipio de Roncesvalles, donde publicó fotografías ordeñando vacas junto con residentes de la localidad.
Y ahora, contra la alcaldesa de Ibagué, Johana Aranda. Hurtado, que llevaba días sin aparecer en medios, reapareció con una frase que, entre líneas, tenía una destinataria clara: la alcaldesa Johana Ximena Aranda, con quien mantiene una relación distante desde hace varias semanas.
En medio de su discurso, el exmandatario citó las Sagradas Escrituras:
“Está escrito que la mujer que de verdad es sabia es la que edifica su casa, pero solo la mujer tonta, solo la mujer tonta es la que derriba con sus propias manos su hogar. Y ustedes están entendiendo claramente este mensaje”.
La frase desató todo tipo de comentarios.
Cabe recordar que la familia Yepes —Jaime, exrepresentante a la Cámara, y su esposa Yuli Porras, actual diputada— ya había sido víctima de ataques verbales por parte de Hurtado, quien, al parecer, olvidó que fueron precisamente los Yepes quienes lo llevaron a la dirección regional del Partido de la U o, al menos, conspiraron para su llegada.
Todo lo anterior lleva a concluir que Andrés Hurtado está, efectivamente, pateando la lonchera. Su más reciente mensaje contra Aranda es una muestra clara de la ruptura entre dos aliados políticos, cuya amistad —nacida del pensamiento político común— hoy se debilita por falta de control sobre los egos, el poder y, sobre todo, las palabras.
