La Superintendencia Nacional de Salud asumió el control de la Unidad de Salud de Ibagué tras constatar fallas graves en la operación, mientras la Alcaldía respalda el proceso y trabajadores denuncian presiones políticas y un procedimiento abrupto.
La Unidad de Salud de Ibagué (USI) entró oficialmente en proceso de intervención forzosa administrativa luego de que la Superintendencia Nacional de Salud confirmara la toma de posesión de la entidad por un periodo de un año. Según la Supersalud, auditorías desarrolladas entre 2023 y 2025 evidenciaron un deterioro progresivo en la prestación del servicio, afectando la seguridad del paciente y el funcionamiento básico de áreas críticas. La medida, calificada como drástica, busca corregir fallas que no fueron subsanadas pese a múltiples requerimientos. En paralelo, la Alcaldía de Ibagué informó a la opinión pública que fue notificada de la decisión e insistió en su compromiso con la protección del derecho fundamental a la salud. La intervención ha generado tensiones políticas y preocupaciones entre trabajadores y usuarios del sistema.
El ente de control explicó que la USI presentaba deficiencias asistenciales, administrativas, jurídicas y financieras que representaban un riesgo para la continuidad y calidad de los servicios. Las auditorías señalaron incumplimientos en procesos de atención, fallas en la accesibilidad, problemas en la operación de urgencias y una infraestructura sin mantenimiento adecuado. También se detectaron irregularidades en la actualización del REPS y ausencia de medidas efectivas para corregir errores previamente señalados. Según la Supersalud, la operación institucional no cumplía estándares mínimos de seguridad. La situación, acumulada durante años, obligó a adoptar la intervención como medida de choque ante una crisis que se profundizaba. Estas razones motivaron la toma de control inmediato.
Como parte de la intervención, la Superintendencia ordenó la remoción inmediata de la gerente y de todos los miembros de la Junta Directiva, argumentando fallas de gobernanza y ausencia de acciones oportunas para contener el deterioro institucional. En reemplazo, fue designada Edilma Isabel Hurtado Cardona como agente especial interventora, quien desde ahora asume las funciones de representante legal y administradora de la entidad. Su misión será garantizar la continuidad de los servicios y ejecutar acciones urgentes para estabilizar la operación. El nombramiento busca asegurar un mando técnico que conduzca el proceso con criterios claros y medibles. La responsabilidad de la interventora será decisiva durante los próximos meses.
La agente especial interventora deberá presentar en un plazo máximo de 30 días un plan de acción integral que corrija las fallas más críticas detectadas. Entre las prioridades se encuentra restablecer la calidad y seguridad en urgencias, consulta externa, maternidad, farmacia y manejo de desnutrición, servicios que presentaban niveles de riesgo significativos. El plan también deberá incluir acciones para fortalecer prácticas de esterilización, mejorar la gestión de eventos adversos, garantizar almacenamiento adecuado de medicamentos y ejercer control riguroso del inventario. Asimismo, deberá implementar estrategias para garantizar talento humano suficiente y competente. El objetivo es revertir la pérdida de capacidad operativa.
La Supersalud indicó que la intervención también busca recuperar la estabilidad financiera de la USI, la cual presenta inconsistencias en depuración contable, fallas de facturación y descontrol del gasto administrativo. El plan de choque deberá incluir medidas para garantizar el pago oportuno de salarios y prestaciones, uno de los puntos que ha generado preocupación entre los trabajadores. Además, la interventora deberá asegurar que la infraestructura hospitalaria cumpla con el mantenimiento obligatorio y ofrezca condiciones dignas y seguras para usuarios y personal asistencial. Otra tarea será restablecer la gobernanza institucional y garantizar el cumplimiento normativo. La reorganización administrativa será un reto central.
La Alcaldía de Ibagué, a través de un comunicado oficial, expresó respeto por las competencias legales y técnicas de la Superintendencia y reconoció la importancia de la intervención para proteger la vida, la salud y la continuidad de los servicios. La administración municipal aclaró que desde el inicio de su periodo venía alertando sobre la complejidad del panorama y gestionando acciones para mitigar los efectos de la crisis. Afirmó que la decisión debe asumirse con responsabilidad institucional. Asimismo, reiteró su disposición para colaborar con el agente interventor y con las instancias técnicas designadas. El gobierno local insistió en que su prioridad es garantizar la atención de los ibaguereños.
No obstante, la medida generó polémica entre sectores internos de la USI, donde algunos trabajadores afirman que la intervención fue influenciada por presiones políticas externas. Según versiones entregadas bajo reserva, el ministro de Salud, Guillermo Alfonso Jaramillo, habría escuchado y respaldado solicitudes sindicales que desde meses atrás pedían la intervención. Para estos empleados, la medida no estaría basada únicamente en criterios técnicos. Otros sectores sostienen que existían irregularidades internas que justificaban una intervención inmediata. Las posturas encontradas han dividido la opinión pública y generado debate sobre el trasfondo real del proceso.
Testimonios de empleados indicaron que la toma de posesión se realizó de manera sorpresiva, pues funcionarios de la Supersalud habrían llegado sin previo aviso para cerrar oficinas y restringir el acceso a la sede administrativa. Según versiones, solo se permitió al personal retirar objetos personales antes del cierre total del edificio. Esta situación generó preocupación por la estabilidad laboral del equipo asistencial y administrativo. Algunos temen que la intervención implique despidos, modificaciones contractuales o cambios profundos en el funcionamiento institucional. La incertidumbre ha aumentado la tensión entre los trabajadores. El ambiente interno se mantiene en alerta.
Pese a estas controversias, la Alcaldía aseguró que los servicios de la USI continuarán operando con normalidad durante el proceso de intervención. Señaló que mantendrá comunicación permanente con las entidades nacionales para garantizar un proceso ordenado, transparente y orientado al bienestar de la comunidad. La administración municipal envió un mensaje de tranquilidad a los ciudadanos, indicando que hará seguimiento riguroso a las decisiones adoptadas. Su objetivo es garantizar que ningún usuario vea afectado su derecho fundamental a la salud. La claridad informativa será clave en las próximas semanas para evitar rumores que aumenten la preocupación.
La Superintendencia Nacional de Salud anunció que realizará un monitoreo permanente al cumplimiento del plan de acción que deberá entregar la interventora. El ente de control verificará que se cumplan las órdenes impartidas y que la entidad avance hacia la estabilización institucional. Para la Supersalud, el proceso es indispensable para garantizar la protección de los recursos públicos y la defensa de los usuarios del sistema. La intervención de la USI se convierte en un caso emblemático dentro del contexto nacional, en medio de los debates sobre la reforma al sistema de salud. El resultado del proceso determinará el rumbo de la principal institución pública de atención en Ibagué.
La intervención de la Unidad de Salud de Ibagué marca un punto de inflexión en la administración de los servicios de salud del municipio y abre un capítulo que estará bajo atención ciudadana y política. Mientras la entidad queda bajo control de la Supersalud, autoridades locales, trabajadores y usuarios esperan claridad sobre los próximos pasos y los cambios que traerá el proceso. En los próximos días, se prevé que la interventora entregue las primeras decisiones operativas. El futuro de la USI dependerá de la efectividad del plan de choque y del cumplimiento estricto de las medidas correctivas. La ciudad sigue a la expectativa de un proceso decisivo para su sistema de salud.































