Tras las celebraciones que incluyen el uso de artículos pirotécnicos, expertos en salud advierten sobre el riesgo que representan los residuos de pólvora que contienen fósforo blanco, una sustancia altamente tóxica capaz de causar intoxicaciones graves, especialmente en niños menores de 5 años.
El fósforo blanco puede permanecer activo en pequeños fragmentos o restos de fuegos artificiales que quedan en el suelo tras su detonación. Debido a su curiosidad natural y a la tendencia a llevarse objetos a la boca, los niños se convierten en el grupo más vulnerable a sufrir accidentes por contacto o ingestión accidental.
Profesionales de emergencias recomiendan a las familias mantener a los menores alejados de las zonas donde se utilicen pirotecnia y realizar una revisión cuidadosa del entorno una vez finalizadas las celebraciones, retirando cualquier residuo visible.
Las autoridades recuerdan que, ante cualquier sospecha de exposición al fósforo blanco, es fundamental buscar atención médica inmediata y evitar manipular los restos sin protección.
