El Hospital Federico Lleras Acosta, el principal centro asistencial del Tolima, reportó una ocupación del 200% en su servicio de urgencias luego del fin de semana de velitas. Accidentes de tránsito, riñas, intoxicaciones y casos pediátricos saturaron la capacidad operativa pese a la ampliación temporal de camillas y áreas de atención.
El servicio de urgencias del Hospital Federico Lleras Acosta llegó a un colapso del 200% tras el primer fin de semana de velitas, una de las fechas que históricamente dispara la demanda asistencial en Ibagué y el Tolima. El centro médico enfrentó un ingreso masivo de pacientes que superó ampliamente su capacidad instalada, obligando a disponer de espacios alternos y a redirigir varios casos de menor complejidad. La situación fue calificada como crítica por el equipo directivo del hospital.
Buena parte de la presión se concentró en accidentes de tránsito, muchos de ellos asociados al consumo excesivo de alcohol. Según la gerencia, las noches del 7 y 8 de diciembre dejaron un incremento significativo de lesionados, incluyendo víctimas de choques entre motociclistas, peatones atropellados y siniestros viales en zonas periféricas. A esto se sumaron emergencias derivadas de riñas y agresiones con arma blanca y de fuego.
La gerente Martha Palacios confirmó que también se presentó un aumento en los casos de intoxicación por alimentos y bebidas alcohólicas, una problemática recurrente durante las festividades decembrinas. La funcionaria recomendó a la ciudadanía adquirir licor únicamente en establecimientos autorizados y verificar el estado de los productos, pues cada año se registran emergencias prevenibles por consumo de sustancias adulteradas o alimentos en mal estado.
Un factor que agravó el panorama fue la atención de menores involucrados en situaciones de inmersión en ríos, piscinas y balnearios. Estas emergencias pediátricas, que suelen dispararse en temporada vacacional, representaron un desafío adicional para el personal médico, que tuvo que ampliar coberturas y activar protocolos de priorización para garantizar la atención oportuna de los casos más graves.
Pese a que el hospital adaptó áreas adicionales, instaló más camillas y reforzó los turnos asistenciales, el volumen de pacientes superó cualquier margen operativo disponible. Las salas de espera permanecieron congestionadas durante varias horas, y la institución debió aplicar medidas extraordinarias para mantener la atención de los casos de riesgo vital, privilegiando los niveles más altos de triage.
Ante este escenario, la directiva hizo un llamado urgente a la ciudadanía para acudir a urgencias únicamente en situaciones que comprometan la vida o que requieran intervención inmediata. Se insistió en que las personas con síntomas respiratorios leves, gripa o malestares no graves acudan a su IPS primaria, ya que la saturación del servicio aumenta los tiempos de espera y dificulta el manejo de los pacientes en condición crítica.
El hospital reiteró que la temporada decembrina históricamente genera picos de demanda que afectan la capacidad institucional, especialmente cuando coinciden factores como consumo de alcohol, movilidad alta, actividades recreativas en cuerpos de agua y eventos familiares masivos. Por ello, se pidió reforzar el autocuidado, evitar conductas de riesgo y seguir las recomendaciones de salud pública emitidas por las autoridades.
Las autoridades departamentales evalúan medidas adicionales de prevención para evitar que la situación se repita durante el resto del mes, especialmente en Navidad y Año Nuevo, fechas donde suelen duplicarse los ingresos por quemaduras, riñas e intoxicaciones. El Federico Lleras insistió en la corresponsabilidad ciudadana para disminuir la carga asistencial y permitir una atención más eficiente y segura para todos los usuarios.
