No se trata de asustar a los colombianos, pero si alertarlos de los desastres económicos que está originando la pandemia y que nos llevará según los cálculos a tener al menos 5 millones de desempleados, que aumentaría los grandes porcentajes de trabajo informal, por consecuencia del cierre de grandes y reconocidas empresas obligadas al despido de sus empleados por las bajas ventas y la corta producción.
Ante esta cruda realidad, la banca sigue tomando medidas inmediatas para evitar su caída, el Banco de la República, por ejemplo, al inicio de la pandemia recortó la tasa de interés a 3,75%, y anunció que inyectará liquidez, Davivienda anunció, si no puede pagar su tarjeta de crédito, le diferirán la cuota a 3 meses, esto aún se aplica.
Al cierre del 2019 y comienzos del 2020, los dueños del mercado colombiano, hacían cuentas que la economía podría crecer en 3,2 %, pero no, es imposible ahora evitar la deceleración, y más con la caída a lo más de la historia del precio del petróleo.
Los optimistas de entidades internacionales como Barclays y Goldman Sachs, redujeron sus proyecciones para el país al 0,5 y 0 por ciento, respectivamente. El Instituto de Finanzas Internacionales, que agremia a los grandes bancos del mundo, estima una caída del -0,4 por ciento. Aunque tiene un sesgo pesimista, muestra que Colombia sigue siendo la economía de la región que más crece; o que menos decrece, pues esta entidad proyecta que la región entrará en recesión y perderá un -2,7 por ciento.
En números. Fedesarrollo estima que la tasa de desempleo aumenta a un nivel de 13,3 por ciento, es decir, tres puntos más frente al promedio del 10,5 del 2019, es inminente que la tasa de desempleo subirá un 50 % y hasta 15,4 por ciento, golpeando drásticamente todos los sectores. Sin ser pesimista, esto sería un desastre donde los cacaos de la economía del país tendrán que moverse rápidamente o se moverán sus cabezas.
Según estas cifras y estadísticas, los sectores más perjudicados serían las entidades financieras que ya se están despertando, la construcción que tendrá que dispararse y mejorar sus sistemas de financiación, y la recreación, que se verá sumamente afectada, ya que las familias preferirán comer y pagar que pasear y disfrutar.
Con lo anterior, el Gobierno Nacional, tendrá que acabar con la pandemia en lo que resta del año, esto llevaría al país en una deceleración económica al rango de 2 %, no sería tan malo, pero si se controla en 6 o 8 meses, la crisis de la salud estaría en el 1 % y hasta menos. Así están las cosas.
El Gobierno Nacional, está dedicado a encontrar soluciones y ofrecer posibilidades para proteger a los más vulnerables a través de los programas sociales, que es una obligación, y de paso está obligando a las empresas a contribuir a la causa, pero estas empresas se van a reventar, y van a mostrar su peor cara, de la crisis nadie se escapa, a eso se suma la carga de venezolanos que según el último dato llegó a 1,3 millones sumándole los emigrantes, 4 millones. Una carga inesperada que Colombia aun no la controla, y que sigue en aumento.
La economía no puede estar en cuarentena la gente sí.
Mientras los expertos en números, hacen inminentes esfuerzos para contrarrestar la crisis, en las casas hasta ahora todo marcha bien, se vive con los ahorros, se congelan las cuotas bancarias, se ahorra el combustible, aunque se consumen más los servicios públicos. Pero esto no se quedará ahí, de prolongarse el control de la epidemia, la gente no aguantará más en la casa, la subsistencia también busca salidas, esa no espera y desespera.
Ante estas cifras, estamos sometidos a las decisiones y determinaciones del Gobierno, estamos viviendo una crisis que toca todos los sectores, el plan de desarrollo del país toma modificaciones y las cartas de navegación de las regiones se tienen que ejecutar, deben contener en sus metas, acciones que permitan estar preparados para un suceso, aunque las pandemias no avisan su llegada.
