La apertura de fronteras, las malas estrategias de publicidad, los gastos innecesarios e incontrolados, el pago de la alta nómina y la baja en las ventas, tienen al borde de la quiebra a la Fábrica de Licores del Tolima.
El panorama financiero de la factoría es triste y desalentador, en ventas durante 2023 apenas se vendieron 800 mil 367 botellas, una caída del 42 por ciento frente al millón 633 mil 889 de 2022. Incluso están por debajo de 2020, primer año de la pandemia, cuando se comercializaron 885 mil 78 botellas.
A esto se le suma la alta competencia en ventas con la llegara del Aguardiente Amarillo de Caldas, que se ve en todos las mesas. Y, como si fuera poco, vendrán dos nuevos productos que serán la estocada final
A través de la resolución 0289, del 20 de octubre de 2023, el exgobernador Ricardo Orozco le dio permiso de venta por 10 años a la Fábrica de Licores y Alcoholes de Antioquia para la venta de sus productos en el Tolima, especialmente el Aguardiente Antioqueño.
Pero no solo será el Antioqueño el que se venderá en el Tolima, Orozco, también dio permiso el 12 de julio de 2022 a la empresa MEICO S.A. para que por 10 años venda en el Tolima el Aguardiente Costeño.
La gobernadora Adriana Magali Matiz, en declaraciones entregadas a medios de comunicación del Departamento, afirmó que la gerencia de la factoría ya tiene las instrucciones precisas para avanzar en el afianzamiento del producto Tapa Roja: “Con la Fábrica de Licores nosotros tenemos que trabajar en tres temas que son muy importantes: la primera es el tema de austeridad del gasto. Necesitamos apretarnos el cinturón para que la Fábrica de Licores pueda dar rendimiento financiero. En segundo lugar, la modernización de la línea de producción y el tercer tema es la comercialización de sus productos”.
Con lo anterior, es muy difícil, pero no imposible sacar de la crisis a la Fábrica, aunque con lo anteriormente escrito se necesitará más que estrategias, llamar a los tolimenes a consumir lo de la tierra.
